Fotografías de Jacques Valat. Del 10 al 31 de mayo de 2011. De lunes a viernes de 18 a 20 h. Sábados de 19 a 21 h. Festivos cerrado. Entrada libre.
... el bisabuelo es feliz porque ha perdido la memoria que tenía. El bisnieto es feliz porque no tiene, todavía, ninguna memoria. He aquí, pienso, la felicidad perfecta. Yo no la quiero.
EDUARDO GALEANO. (El libro de los abrazos)
La imagen ha sido siempre una realidad viva en el entorno humano y no podemos considerarla una característica de nuestra época por el mero hecho de disponer de una representación "objetiva" como es La fotografía, advierte Doménech Font en su libro "El poder de la Imagen".
Y qué razón tiene. Desde los inicios de lo que denominamos pre historia, los seres humanos hemos mostrado un interés especial en transmitir a las siguientes generaciones, en dejar constancia de todas aquellas actividades que desarrollaba la comunidad en general o alguno de los individuos en particular. Las tallas, grabados e incisiones efectuadas en las herramientas más rudimentarias, las pinturas rupestres, o las más variadas representaciones de las actividades cotidianas en el interior de las pirámides de Egipto, son sólo algunas rnuestras de esta aspiración comunicativa, que bien podríamos designar como deseo de trascendencia.
Pictogramas, ideogramas, jeroglíficos... aparecen mucho antes que la escritura alfabética y se encargan de traspasar las fronteras temporales, preservando el legado de los conocimientos adquiridos para que sean re conocidos por quienes nos sucedan. Porque como apunta Galeano en la frase del inicio de este escrito, la memoria es consustancial al ser humano, todos y todas la preservamos, a pesar de que no siempre nos proporcione felicidad. La resguardamos aunque nos duela.
Las fotografías que se presentan en este catálogo, bajo el sugerente título de "Nos otros otros nos"; encomendadas desde el Centro de Estudios y Recursos de la Memoria de las Migraciones de Aragón al acreditado fotógrafo y reportero gráfico Jacques Valat , nos muestran la cotidianeidad de diversos inmigrantes que, desde los más variados puntos de la geografía planetaria, han llegado hasta nuestra Comunidad Autónoma, Aragón, para construir el futuro junto a quienes por feliz casualidad, no lo olvidemos nacimos en esta tierra.
El poder que adquieren las imágenes los personajes y el entorno en el que se fotografían logran que la lectura no se agote en lo que representan, que se multiplique: me gusta cuando la mirada descubre elementos que dicen más de los protagonistas que unas páginas escritas; inscribir a cada personaje en su marco de vida para que se afirme mejor en el que yo le ofrezco" nos dice Valat. En cada mirada, en cada sonrisa, en cada gesto, les reconocemos y, no podría ser de otra manera, nos reconocemos.
Frente a la espectacularidad postura[ con que muestra a los personajes, generalmente recreada como elemento diferenciador por algunos artistas actuales que utilizan la fotografía como medio de expresión, Jacques Valat sitúa a sus protagonistas en su entorno cotidiano y solo tras el contacto prolongado, la conversación calmada y apacible, el compartir vivencias, se aventura a inmortalizarlos con la cámara.
A cada uno de los hombres y mujeres fotografiados por Valat se les puede aplicar aquello que Carlos Fuentes escribió sobre las fotografías de Juan Rulfo: "Poseen una riqueza inmediatamente reconocible. Se llama dignidad. No siempre la alegría, pero fa dignidad sí. Las calamidades de 1a historia no están ausentes; pero Rufo nos recuerda que si e1 espacio es configuración (e1 no yo que protege a1 yo, citando a Baroja) el tiempo es transformación" "La maravillosa dignidad de las figuras humanas retratadas por Rulfo no es ajena a su estar enraizadas ante el espacio que configura y el tiempo que transforma".
Las fotografías tomadas por Jacqes Valat, y magníficamente interpretadas, como el propio Valat nos recuerda, en el laboratorio parisino de Jean Yves Bregand, poseen belleza, sosiego y serenidad. Nos hablan de la entereza de esos hombres y mujeres que por alguna circunstancia se han visto forzados a alejarse del país donde nacieron y, buscando nuevos horizontes, han llegado hasta Aragón. A este Aragón que, en tiempos no demasiado lejanos, vio marchar también a muchos de sus hijos. En este punto converge la historia de las gentes.
Intuimos que detrás de estas imágenes luminosas, detrás de cada uno de los personajes que las componen hay deseos, expectativas, sueños e inquietudes. Como las hay en cada una y en cada uno de los habitantes de esta tierra.
Ojalá, al contemplar las imágenes que conforman esta interesante Exposición, nos sintamos reflejados en sus rostros. Porque solo así favoreceremos el acercamiento entre nosotros y ellos. Entre esos "otros nos" que al fin y al cabo son como "nos otros".
MARÍA JESÚS BUIL SALAS
Director de las sala de exposiciones UNED-Barbastro