de paralelismo icónico que al "Bofa" inconmensurable iconoclasta le sonará a "metaphysicum abstractum". Qué le vamos a hacer.
No está muy claro quién es quién, pero a lo que voy: Cuando Miguel Mihura escribió "Maribel y la extraña familia" (1959) pergeñó un desarrollo dramático distinto a lo esperable de la trama y de los personajes, y lo entintó todo de una extraña bondad que, precisamente por extraña, ni era ni es frecuente. Ha sido una introducción a la edición de la obra publicada en la Colección Austral (cosas de las ediciones) en la que Emilio de Miguel Martínez, en un ejercicio malabarista de erudición e intelectualismo, llega a relacionar la obra de Mihurá con la empanada de J. P. Sartre (ya saben, todo ese lío del otro: ''l'enfer, c'est les autres") la que me puso en el asunto. Aunque debo reconocer que la primera ocurrencia fue puramente fonética.
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