Soldado de Artillerķa de Barbastro. Foto Gallifa, hacia 1927.Tiempos de juventud, de conocer gente, mucha y muy diversa, y de entablar contactos. Son los recuerdos que me vienen a la memoria cuando rememoro mi etapa del servicio militar. Una etapa que pasé en Barbastro, allá por el año 1970, tras realizar el campamento en el CIR n° 10 de Zaragoza.

Eran unos años en los que la mili se convertía en el mejor ejercicio para que muchos jóvenes pudieran conocer las costumbres, los modos de vida y los logros y carencias de media España. El Cuartel "General Ricardos" conjugaba, además, ser un acuartelamiento de notable importancia militar y fundamental en la vida social de la localidad. En torno al mismo se generaban buena parte de las actividades lúdicas de Barbastro y aún recuerdo el bullir de chavales por las calles más céntricas en la hora del paseo.

Fui afortunado también dentro del cuartel. Me destinaron a la emisora de radio, donde compartía tareas con otros cuatro soldados. Nuestra misión era conectar periódicamente con los acuartelamientos de la Brigada y pasar las novedades que pudieran producirse.

Era un trabajo que me permitió descubrir un mundo inédito para mí: el de las telecomunicaciones, con el que a lo largo de mi vida y en las diferentes tareas de mi actividad laboral me he reencontrado en numerosas ocasiones.

Unos tiempos en los que se forjaron amistades, que en algunos casos aún conservo, y que me permitieron descubrir la pluralidad y diversidad de las gentes que conformamos España. Barbastro, tras la mili, pasó a ser en mi vida mucho más que la ciudad más grande de mi comarca. Entró a formar parte de los paisajes cotidianos de mi vida.

Marcelino Iglesias Ricou
Presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón