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Tiempos
de juventud, de conocer gente, mucha y muy diversa,
y de entablar contactos. Son los recuerdos que
me vienen a la memoria cuando rememoro mi etapa
del servicio militar. Una etapa que pasé
en Barbastro, allá por el año
1970, tras realizar el campamento en el CIR
n° 10 de Zaragoza.
Eran unos años en
los que la mili se convertía en el mejor
ejercicio para que muchos jóvenes pudieran
conocer las costumbres, los modos de vida y
los logros y carencias de media España.
El Cuartel "General Ricardos" conjugaba,
además, ser un acuartelamiento de notable
importancia militar y fundamental en la vida
social de la localidad. En torno al mismo se
generaban buena parte de las actividades lúdicas
de Barbastro y aún recuerdo el bullir
de chavales por las calles más céntricas
en la hora del paseo.
Fui afortunado también
dentro del cuartel. Me destinaron a la emisora
de radio, donde compartía tareas con
otros cuatro soldados. Nuestra misión
era conectar periódicamente con los acuartelamientos
de la Brigada y pasar las novedades que pudieran
producirse.
Era un trabajo que me permitió
descubrir un mundo inédito para mí:
el de las telecomunicaciones, con el que a lo
largo de mi vida y en las diferentes tareas
de mi actividad laboral me he reencontrado en
numerosas ocasiones.
Unos tiempos en los que
se forjaron amistades, que en algunos casos
aún conservo, y que me permitieron descubrir
la pluralidad y diversidad de las gentes que
conformamos España. Barbastro, tras la
mili, pasó a ser en mi vida mucho más
que la ciudad más grande de mi comarca.
Entró a formar parte de los paisajes
cotidianos de mi vida.
Marcelino
Iglesias Ricou
Presidente de la Comunidad Autónoma de
Aragón
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