Cuando es, como debería ser, el Estado el que crea el dinero en circulación, este dinero sirve para incrementar los ingresos del gobierno y por tanto, para reducir los impuestos que deben pagar las empresas y los particulares.
Pero, gracias a las normas que rigen el sistema bancario, el dinero lo crean los bancos comerciales cada vez que dan un préstamo o conceden una hipoteca, con lo que, en lugar de reducir nuestros impuestos, ese dinero se utiliza para generar los enormes beneficios del sector bancario: en el Reino Unido unos 200 billones de Libras Esterlinas cada año o 4000 Libras por habitante de las Islas Británicas.
Esto hace también que la economía sea muy inestable. Cada vez que un banco concede un préstamo, crea, de hecho, nuevo dinero para financiar nuevos préstamos, de manera que cuanto más presta, más dinero tiene disponible para nuevos préstamos pero, tan pronto como los bancos dejan de prestar, el dinero deja de fluir a la economía que pasa rápidamente del crecimiento a la contracción, afectando a la forma de vida de millones de personas.
Este proceso -la creación de dinero por los bancos comerciales- es la verdadera causa de la crisis financiera y si permitimos que los bancos continúen creando el dinero de la nación, probablemente nos enfrentaremos pronto a una crisis más severa que la actual.
Extracto de la primera página de The Proposed Bank of England Act.