"Arcogénesis explosiva" - José Javier Nerín Zazurca
Fruto de la doble refracción de la luz al incidir en las gotas en suspensión, el arcoiris es visible para un espectador que asista a las condiciones adecuadas y con el sol a su espalda. La mayor o menor intensidad de sus colores depende directamente del tamaño de las gotas que lo propician y, aunque menos frecuentemente, se forma a veces un segundo arco. El espectro de color en este secundario sucede de modo inverso al primero.
La foto corresponde a un arco que llegó a verse doble, y entero, de lado a lado del horizonte. En sus momentos últimos, la tormenta responsable del mismo dio lugar a esta espectacular formación.
Objetivo zoom 10-20 a 10 mm. f 6'3. 1/1000 seg. ISO 100.