Nacho
Mur vuelve de nuevo a su tierra, Aragón, para presentar
sus últimos
trabajos y, una vez más, nos emociona con una paleta de colores
sutiles y enigmáticos volátiles y misteriosos; que, sin
ninguna duda, invocan al espíritu. Ante estas obras, la pretensión
de razonamiento, el deseo de comprensión que -en demasiadas ocasiones-
anima al espectador cuando se sitúa ante un cuadro, se golpea
contra una pared que a primera vista le puede resultar
infranqueable. ¡Que
ilusorio!; aunque aparentemente nada de lo supuestamente
conocido toma presencia o se refleja en las obras
de Nacho –abstracción
total, ausencia de referentes del consciente vinculados-
la expansión
cromática, el sutil juego compositivo de las masas de color sabiamente
trabajadas, las luces y las sombras colocadas en su
justa posición,
cada obra por separado y todas en conjunto, nos provocan
sensaciones y emociones que apelan al inconsciente.
La ponderación trascendente del color, con su carga de valor
simbólico ampliamente investigada ya por Rotko, por Kandinsky,
por Steiner y aún con anterioridad por Goethe –artistas
a los que sin duda Nacho Mur admira y en los que ha
buscado referentes. La capacidad de los colores, doctamente
combinados, hasta alcanzar cotas de emoción sensitiva similares
a las de la buena poesía,
o a las de la música. Melodía armonía, asonancia,
concordancia, cadencia, composición… adjetivos todos
ellos que podemos asociar con las obras de este artista.
Como buen conocedor de los principios de la antroposofía, Nacho
Mur proclama en cada uno de sus cuadros que además de la realidad
físico-sensorial
-pesable y medible- existe otra realidad, la espiritual-suprasensible.
Y
de la inmortal, perenne e infinita sensibilidad de
Nacho nos da cumplida muestra la frase que encabeza
esta presentación,
recogida por él,
junto otras muchas, y remitida con las fotografías de las obras
que ilustran el catálogo que tienes en tus manos. No he podido
resistirme a utilizarla. Sin duda lo delimita y lo
define de un modo casi tan certero como la contemplación sosegada
de sus cuadros.
De ellos podrás disfrutar durante el presente
mes de febrero en la Sala de Exposiciones del Centro
de la UNED en Barbastro. Desde aquí te animo a visitarla.
María Jesús Buil Salas
Directora de la Sala de Exposiciones
|