SOBRE GERRIE VAN DORST
Las funciones que las obras de arte han desempeñado a lo largo de los tiempos y en las diferentes culturas son muy diversas. La función comunicativa del objeto artístico está intrínsecamente ligada a la intención última de quien lo creo y ésta, que duda cabe, puede quedarse en una mera disquisición estética o puede intentar, con más o menos éxito, cimentar una carga conceptual que transmita a quienes la contemplen los valores que sirvieron de fundamento en la idea previa al acto creativo.
Gerrie van Dorst, autor de las piezas que componen la exposición que presentamos en el Centro de la UNED en Barbastro, es un claro exponente del artista al que le interesa por encima del resultado definitivo de la obra, el proceso constructivo de la misma. Opina, como Joseph Beuys, del que se manifiesta admirador, que el proceso artístico no queda consumado hasta que el espectador no lo hace suyo y así, en cierta manera lo concluye.
De su trayectoria personal – antes de establecerse en el prepirinéo aragonés había estudiado Geografía y Arte en su país, Holanda – se puede deducir el marcado interés del artista por trabajar y transformar determinados elementos que la naturaleza proporciona. Troncos de árbol encontrados, piedras, ceras o metales, con sus expertas manos se transforman -en una ceremonia que tiene algo de ritual– se cargan de energía hasta lograr alcanzar identidades propias.
El interés de artista por fotografiar, documentar y analizar, el momento del proceso creativo es común en los artistas que se mueven dentro de los parámetros del Arte y la Naturaleza, land art. Como Hamish Fulton, uno de sus primeros referentes, Gerrie desearía recoger el instante sutil, imperceptible y efímero, en el que se produce la acción, recoger la energía que produce la materia: “el espíritu del momento y del lugar”, según sus palabras.
La exposición/instalación que presentamos en el Centro de la UNED en Barbastro nos invita a la reflexión sobre las muchas maneras de acometer el proceso creativo. Aspira a hacernos sentir, o cuando menos intuir, los procesos sensitivos en los que se adentra Gerrie van Dorst en contacto con la materia. De ningún modo es gratuito el título de la misma: el fluir de la percepción, dejémonos guiar por ella.
María Jesús Buil Salas
Directora de las Salas de exposiciones de la UNED de Barbastro
GERRIE VAN DORST
Así como las palabras no lo pueden decir,
el arte no llega a expresarlo.
¿Por qué actuar día a día frente a
lo inevitable?
¿Por qué poner en algo "inutil" tanto esfuerzo?
Quizás porque el misterio de la vida nos llama a la entrega,
y recíprocamente se te desvela.
Nuevos horizontes,
inimaginables,
pasos por mi Espacio Desconocido.